Adolescentes y empleo.
En México existe un Módulo sobre Trabajo Infantil, que se encarga de
obtener información
de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE),
y
responde a la necesidad de contar con datos actualizados (a medida de lo
posible),
éstos tienen una cobertura nacional y estatal en cuestiones como
educación, trabajo económico y quehaceres domésticos de niñas, niños y
adolescentes.
En nuestro país un porcentaje aproximado del 12.5% de la población
infantil,
de entre 5 y 17 años de edad,
trabaja (de acuerdo con la Convención
sobre los Derechos del Niño (CDN),
define como niño(a) a todo ser humano menor
de 18 años).
El 3.8% no ha cumplido los 14 años
(edad mínima para trabajar
marcada por la Ley Federal del Trabajo).
Se tiene información de que los niños que trabajan
superan en número a
las niñas (67% niños; 33% niñas),
pero en cuanto a los trabajos domésticos, que
dicho sea de paso no son considerados
como parte de las actividades económicas,
las niñas ocupan el 72%.
No es de sorprender que en las áreas no urbanas o
menos urbanizadas (rurales, en pocas palabras),
se concentra un porcentaje más
elevado de niños que trabajan
(15.6% y 8.6% de la población de entre 5 y 17
años).
El porcentaje en el trabajo doméstico es 66% a nivel nacional.
La mayor parte de los niños y las niñas de México que trabajan
lo hace
por razones asociadas con la necesidad
de aportar recursos (bienes y/o
servicios) al hogar.
Los estados donde se concentra un 24% son: Estado de México, Jalisco y
Puebla.
Cabe señalar que se clasifican como niños trabajadores los que han
llevado a cabo
una actividad económica,
así que no se tomaron en cuenta
aquellos chicos
que cuidan automóviles en las calles,
los limpiaparabrisas, los
‘payasitos’, ‘tragafuegos’
ni los que hacen el ‘quehacer’, o sea, tareas domésticas.
Tampoco se consideran a los migrantes de los albergues en campos agrícolas.
Así que con datos tan formidables se obtuvo una evaluación,
en cuanto a
los derechos de niños y adolescentes,
de 5.58 en promedio nacional
¡grandiosa
calificación! ¡Genial! ¿No creen?
Esto después de ver si se cumplían con tres
derechos fundamentales:
la vida, educación y no ser explotados, con los
siguientes indicadores:
1.-Muertes por enfermedades que se pueden prevenir o tratar.
2.-Accidentes.
3.-Homicidios.
4.-Suicidios.
5.-Rezago escolar.
6.-Trabajo prohibido (fuera de las normas mexicanas).
7.-Trabajo perjudicial.
8.-Trabajo mal remunerado.
También hay una desigualdad sociogeográfica.
Los jóvenes del norte del
país tienen mejores condiciones para ejercer sus derechos (el estado de
Chihuahua es visto como una excepción).
Regularmente
los adolescentes que tienen una situación económica precaria
trabajan en
empleos mal remunerados, sufren de agresión policiaca,
son señalados por su
aspecto exterior que los delata
como jóvenes marginados de los beneficios
económicos y sociales;
están expuestos a la exclusión y a la violencia.
La
violencia que padecen más frecuentemente es la llamada violencia simbólica
que
consiste en una agresión no física, pero sí de tipo psicológica,
pues se les
somete a presión mediante el discurso y ésta es ejercida,
muchas de las veces,
por personas de su mismo círculo o clase social.
En cuanto a educación, la situación se vislumbra un tanto desoladora.
Los jóvenes de escasos recursos no tienen las mismas oportunidades
que los que
tienen una posición económica más solvente,
pues en un país como el nuestro,
la
cobertura educativa a niveles que rebasan la educación básica,
no está
garantizada en un 100 por ciento,
y muchos de ellos, no podrán acceder a una
educación universitaria,
ya sea porque no pudieron ingresar por la escases de
lugares en la Universidad pública
o porque no tienen manera de cubrir una
colegiatura en escuelas privadas.
Ahora bien, muchos de los datos que aquí se presentan,
se enfocan a los
adolescentes que no rebasan los 18 años de edad,
son aquellos que están en la
educación básica en las escuelas secundarias,
y como puede observarse ya ocupan
un lugar en el campo laboral,
esto motivado por deserción escolar,
principalmente.
Otros han logrado combinar su trabajo con los estudios,
pero
sacrificando los resultados de su aprovechamiento escolar,
que muchas veces desembocará
en un abandono de la escuela
o que al finalizar su educación secundaria no les
interese seguir estudiando,
ya sea por decisión propia o por falta de
oportunidades que trae un trasfondo que remonta a una violencia familiar que
puede abarcar desde golpes, gritos, violencia psicológica, abuso sexual,
abandono, orfandad... ¿Y los resultados...? delincuencia juvenil en muchos
casos.
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/142318.html
http://es.scribd.com/doc/57204281/Trabajo-Infantil-2009-Encuesta-Nacional-de-Ocupacion-y-Empleo
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