martes, 22 de enero de 2013

Adolescentes y empleo.

En México existe un Módulo sobre Trabajo Infantil, que se encarga de obtener información
de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE),
y responde a la necesidad de contar con datos actualizados (a medida de lo posible),
éstos tienen una cobertura nacional y estatal en cuestiones como educación, trabajo económico y quehaceres domésticos de niñas, niños y adolescentes.
 
En nuestro país un porcentaje aproximado del 12.5% de la población infantil,
de entre 5 y 17 años de edad,
trabaja (de acuerdo con la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN),
define como niño(a) a todo ser humano menor de 18 años).
El 3.8% no ha cumplido los 14 años
(edad mínima para trabajar marcada por la Ley Federal del Trabajo).
 
 
Se tiene información de que los niños que trabajan
superan en número a las niñas (67% niños; 33% niñas),
pero en cuanto a los trabajos domésticos, que dicho sea de paso no son considerados
como parte de las actividades económicas, las niñas ocupan el 72%.
No es de sorprender que en las áreas no urbanas o menos urbanizadas (rurales, en pocas palabras),
se concentra un porcentaje más elevado de niños que trabajan
(15.6% y 8.6% de la población de entre 5 y 17 años).
El porcentaje en el trabajo doméstico es 66% a nivel nacional.






La mayor parte de los niños y las niñas de México que trabajan
lo hace por razones asociadas con la necesidad
de aportar recursos (bienes y/o servicios) al hogar.

Los estados donde se concentra un 24% son: Estado de México, Jalisco y Puebla.


Cabe señalar que se clasifican como niños trabajadores los que han llevado a cabo
una actividad económica,
así que no se tomaron en cuenta aquellos chicos
que cuidan automóviles en las calles,
los limpiaparabrisas, los ‘payasitos’, ‘tragafuegos’
ni los que hacen el ‘quehacer’, o sea, tareas domésticas.
Tampoco se consideran a los migrantes de los albergues en campos agrícolas.

Así que con datos tan formidables se obtuvo una evaluación,
en cuanto a los derechos de niños y adolescentes,
de 5.58 en promedio nacional
¡grandiosa calificación! ¡Genial! ¿No creen?
 Esto después de ver si se cumplían con tres derechos fundamentales:
 la vida, educación y no ser explotados, con los siguientes indicadores:
 
1.-Muertes por enfermedades que se pueden prevenir o tratar.
2.-Accidentes.
3.-Homicidios.
4.-Suicidios.
5.-Rezago escolar.
6.-Trabajo prohibido (fuera de las normas mexicanas).
7.-Trabajo perjudicial.
8.-Trabajo mal remunerado.

 
También hay una desigualdad sociogeográfica.
Los jóvenes del norte del país tienen mejores condiciones para ejercer sus derechos (el estado de Chihuahua es visto como una excepción).
Regularmente los adolescentes que tienen una situación económica precaria
 trabajan en empleos mal remunerados, sufren de agresión policiaca,
son señalados por su aspecto exterior que los delata
como jóvenes marginados de los beneficios económicos y sociales;
están expuestos a la exclusión y a la violencia.
La violencia que padecen más frecuentemente es la llamada violencia simbólica
que consiste en una agresión no física, pero sí de tipo psicológica,
pues se les somete a presión mediante el discurso y ésta es ejercida,
muchas de las veces, por personas de su mismo círculo o clase social.





En cuanto a educación, la situación se vislumbra un tanto desoladora.
Los jóvenes de escasos recursos no tienen las mismas oportunidades
 que los que tienen una posición económica más solvente,
pues en un país como el nuestro,
la cobertura educativa a niveles que rebasan la educación básica,
no está garantizada en un 100 por ciento,
y muchos de ellos, no podrán acceder a una educación universitaria,
ya sea porque no pudieron ingresar por la escases de lugares en la Universidad pública
o porque no tienen manera de cubrir una colegiatura en escuelas privadas.


Ahora bien, muchos de los datos que aquí se presentan,
se enfocan a los adolescentes que no rebasan los 18 años de edad,
son aquellos que están en la educación básica en las escuelas secundarias,
y como puede observarse ya ocupan un lugar en el campo laboral,
esto motivado por deserción escolar, principalmente.
Otros han logrado combinar su trabajo con los estudios,
pero sacrificando los resultados de su aprovechamiento escolar,
que muchas veces desembocará en un abandono de la escuela
o que al finalizar su educación secundaria no les interese seguir estudiando,
ya sea por decisión propia o por falta de oportunidades que trae un trasfondo que remonta a una violencia familiar que puede abarcar desde golpes, gritos, violencia psicológica, abuso sexual, abandono, orfandad... ¿Y los resultados...? delincuencia juvenil en muchos casos.
 
 

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/142318.html
http://es.scribd.com/doc/57204281/Trabajo-Infantil-2009-Encuesta-Nacional-de-Ocupacion-y-Empleo

Aide Orosco

6 comentarios:

  1. Hola: Aide
    tu trabajo está muy completo las imàgenes, se relacionan con el contenido. Tu muy bien.Ivonne

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  2. Es muy cierto que uno de los factores de deserción más grave en nuestro país es la falta de recursos, pero es un situación en la que como docentes no podemos influir en nuestros chicos ya que es un problema público.

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  3. Tu trabajo estubo interesantes, pero sobre todo el contenido estubo muy claro muy bien. (NANCY)

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  4. Excelente trabajo Aidé, valió el esfuerzo y la desesperación.
    Muy completo, algunos comentarios para mejoras a futuro:
    - poner los datos numéricos en tablas o gráficas
    - cuida tus imágenes, no poner dos veces la misma

    Bien haber puesto la bibliografía =)
    Felicidades!
    Olivia

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  5. ¿Qué puede hacer un maestro par evitar que un alumno o alumna deserte si el chico no cuenta con los recursos para continuar estudiando o necesita ayudar a su familia económicamente? Resulta obvio decir que planer o presentar actividades que atraigan la atención del adolescente, pero qué pasa cuando el alumno si esta interesado, pero no puede continuar sus estudios. Esta aituación de riesgos, en especial, la considero frustrante.
    Paloma Yareny Zavala García

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  6. Muy completa tu información,aunque me hubiera gustado que justificaras el texto y no lo centraras.
    Nosotros como docentes seriamos un apoyo muy útil para que nuestros alumnos no lleguen ala deserción.

    Stephany =)

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